Los que no pueden contra el PV se van por el sello propio

Gonzalo Quilodrán es tan albertista como Dylan. Por ello, el director de ENACOM se aventura con un partido propio para encarar el 2023 sin negociar nada con la dirigencia kirchnerista en Salta, donde busca los huecos necesarios para resolver dos problemas familiares urgentes, su continuidad en el esquema nacional y la de su esposa, Pamela Ares. Ambos dispuestos a insistir con pegarle a Gustavo Sáenz, actual gobernador y el conductor inexorable de un PJ no estará permeable para el albertismo, por mucho que Sáenz insista en disfrazarse de "oficialista" para carnaval.
Autor: Alma Fuerte |
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Quien seguiría igual estrategia es NORA GIMÉNEZ, la senadora nacional del FdT que llegó en la boleta junto al presidente del Partido de la Victoria, Sergio Oso Leavy. Aunque Giménez cuenta con la incondicionalidad del MPU, necesita agrandar la casa pero no quiere por ello, incurrir en los pagos de favores a quienes son militantes y caseros ocasionales de sus bastiones con fines electorales. El FdT está licuándose en la posibilidad de ver el arribo de pejotistas reciclados, aquellos que en el 2019 bailaban con el gato cambiemita pero que hoy, ante la derrota inclaudicable del sello que no lo afloja Juan Carlos Romero, prefieren entremezclarse con los que sostienen la vela por un Alberto que le meta en quinta, como despertando del letargo pandémico.
Salta es un distrito electoral que puede no resultar atractivo por poseer apenas poco más de un millón de habitantes en su extenso territorio pero las bancas legislativas tanto nacional como locales e incluso las municipales que se dirimirán en este 2021 son necesarias para continuar con respaldo oficial para el peronismo gobernante en el Congreso nacional, a pesar de las particularidades del macrismo norteño, tratando de volver al justicialismo como un refugio de liberales que tienen esos principios pero si a la administración central no les gusta, pues tienen otros.