El chantaverso es real

Con acusaciones cruzadas los dirigentes políticos inentan generar sentido a la absurda represión contra el pueblo jujeño.

Cierto es que el ejecutivo nacional no puede avanzar sobre la institucionalidad de Jujuy mientras no exista un juez federal que señale el quiebre democrático que se evidencia en los registros que toman los propios Ciudadanos de jujuy.
Los medios hegemónicos alineados con su corazón partidario respaldan la narración de JxC que intenta glorificar las acciones dictatoriales de uno de sus dirigentes más ilustres y pre candidato a presidente.
Por el lado del Frente de Todos crecen los repudios públicos sin embargo no llegan las acciones. Incluso la CIDH ha expresado su preocupación por la represión contra el pueblo de Jujuy.

Los infiltrados

Lás tácticas represivas importadas durante la gestión nacional de Cambiemos, idénticas a las implementadas en Chile durante la salida de Piñeira, son replicadas por las fuerzas a las órdenes del gobierno de Morales. Disparos a la cabeza que ya se cobraron globos oculares y vidas de los manifestantes.
El reclamo primitivo de los dirigentes neoliberales es el derecho a la libre circulación, aludiendo a emergencias sanitarias como argumento emotivizante sin embargo la mayor preocupación de esta gente es el impacto comercial de las medidas de manifestación popular.

Con matices pero idéntico objetivo los gobiernos de las provincias del Litio quieren asegurar el transporte de un recurso de creciente demanda que todavía no tiene estatus de estratégico y cuya explotación es prioridad de los cabildeos neoliberales en detrimento de la calidad de vida de jujeños y salteños.